Los pantanos de Villa siempre han sido partícipes de mi día a día. Desde que era niño iba con mis amigos cerca a sus humedales, para jugar en lo que era para mi en ese tiempo, un gran jardín. Durante los veranos nos sumergiamos entre esos caminos, que en los inicios del 2000 todavía era un parque zonal y se convertían para un niño en un buen lugar para corretear, jugar a las escondidas y montar bicicleta. “Recién El 1° de Setiembre del 2006, se establece la categoría definitiva a los Pantanos de Villa, bajo la denominación de Refugio de Vida Silvestre Los Pantanos de Villa”*.
Ahora, son parte de mi ruta para ir a Recidar, y cada vez que los veo siento esa muestra de resistencia, resiliencia y servicio; ya que es uno de los principales pulmones de Lima, una ciudad que dentro de su caos y crecimiento desorganizado le dio la espalda a los espacios verdes, generando una sensación que los pantanos son una especie de anécdota, cuento, o alucinación que nos da la carretera rumbo al sur.
Además, más allá de si somos conscientes o no de la bendición de tener a los pantanos de villa tan cerca, aún podemos beneficiarnos de ellos. Son esos regalos que da la naturaleza con el solo hecho de preservar y mantener su esencia a pesar de lo agresivos que hemos sido con ella.
“El Refugio de Vida Silvestre Los Pantanos de Villa conforma un oasis natural en plena ciudad de Lima, que alberga una gran cantidad de especies de flora y fauna, por lo que es considerado como un humedal de importancia internacional Ramsar. En este espacio protegido se puede encontrar diversos atractivos turísticos que incluye 5 espejos de agua con cerca de 210 especies de aves, 13 de peces, 5 de anfibios y reptiles, entre otros.** Siendo bastante impresionante para una metrópolis que no deja de crecer
También según el portal Divulga de la UCSUR se “determinó que los pantanos de villa almacenan 80 mil toneladas de carbono, un aproximado de 12 mil piscinas olímpicas llenas de este gas de efecto invernadero (…) También, los investigadores cuantificaron el valor económico del servicio ecosistémico de Los Pantanos de Villa; es decir, se monetizó el beneficio que brinda a la sociedad este ecosistema en particular. Los autores estiman su valor en entre 220 mil y más de 4 millones de dólares americanos”.
Podemos ver que los pantanos de Villa, tienen un valor ambiental, social y económico. Es como un emblema y un bastión de la sostenibilidad. Además, recordarnos que más allá de un paisaje urbano, los Pantanos de Villa son un espacio en el tiempo imperecedero que le recuerdan al hombre su esencia de servicio y vitalidad a pesar de la adversidad.
En Recidar, creemos que espacios como los Pantanos de Villa son ejemplos vivos de la importancia de la sostenibilidad. Cada acción cuenta para su preservación, por eso promovemos el reciclaje y la economía circular, reduciendo la contaminación que afecta estos ecosistemas. Este 2 de febrero, además de celebrar el Día de los Humedales, te invitamos a sumarte a nuestras iniciativas para cuidar el planeta, porque juntos podemos hacer la diferencia.
Rodrigo Nores
31 de Enero 2025
*https://rsis.ramsar.org/RISapp/files/28593755/documents/PE884_mgt230516.EDIT.pdf
**https://www.gob.pe/institucion/sernanp/informes-publicaciones/1833908-refugio-de-vida-silvestre-los-pantanos-de-villa
***http://divulga.cientifica.edu.pe/cientifica-explica/los-pulmones-de-lima-por-que-las-lomas-y-los-pantanos-de-villa-son-tan-importantes/